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Autor/a:
Consuelo Ortega Fernández
Colaboradores:
Ana Maeso Plaza
Primitivo Ortega del Álamo
ISBN:
978-84-09-30707-4

Las estenosis laringo-traqueales pueden clasificarse según su localización en supraglóticas, glóticas, subglóticas y traqueales.

Las subglóticas son aquellas que producen un estrechamiento laringo-traqueal justo por debajo de las cuerdas vocales y por encima del primer anillo traqueal, esta región se extiende entre 1,5 y 2 cm de longuitud en el adulto y está circunscrita por el cartílago cricoides.

Los factores que hacen a esta región vulnerable a las estenosis son su microvascularización, su estrechez, su inextensibilidad y la fragilidad de la mucosa de revestimiento.

Es poco frecuente que la estenosis asiente exclusivamente en la subglotis, lo habitual es que se prolongue caudalmente, incluyendo una porción más o menos extensa de la tráquea.

Foto 1

Las estenosis laringo-traqueales pueden ser congénitas o más frecuentemente adquiridas. Dentro de las adquiridas tenemos las siguientes etiologías:

  • TRAUMÁTICAS: Post-intubación, post-traqueotomía , inducidas por trauma externo, post-inhalación, post-ingestión de cáusticos, post-quirúrgicas, post-radioterapia. 
  • NEOPLÁSICAS: tanto tumores benignos como malignos. 
  • INFECCIOSAS: víricas (papilomatosis) , bacterianas, micóticas. 
  • INFLAMATORIAS
  • AUTOINMUNES: granulomatosis con poliangeitis (Wegener), policondritis recidivante, sarcoidosis, amiloidosis . 
  • RFL ( reflujo faringo-laringeo)
  • COMPRESIÓN EXTRÍNSECA Tiroides, adenopatías, tumores, etc.
  • IDIOPÁTICA

La causa más frecuente de estenosis subglótica adquirida es la intubación prolongada para ventilación asistida.

También son frecuentes las iatrogénicas producidas post-traqueotomía, especialmente cuando se hace de forma no adecuada al practicar la apertura del estoma demasiado alta en la tráquea, o por excesivo sacrificio de las paredes cartilaginosas  tanto en sentido vertical como horizontal, típica imagen de tráquea traingular.

La estenosis post-intubación se debe a la isquemia producida por la presión que ejerce el balón del tubo en las paredes laringo-traqueales además de la retención de secreciones y la sobrenfección de las mismas. Por lo que son factores determinantes el calibre del tubo y la duración de la intubación. 

Es preciso destacar la incidencia creciente de la estenosis idiopática, de predominio abrumador en mujeres, que aparecen como una entidad no asociada a otro tipo de patologías,  y que cada vez son más frecuentes, en las que siempre debemos descartar un posible origen autoinmune o relación con RFL.

La estenosis laríngea subglótica congénita puede llegar a suponer entre el 5 y el 15% del total de las estenosis diagnosticadas en los niños. Se debe fundamentalmente a una alteración anatómica del cartílago cricoideo (describiéndose múltiples anomalías morfológicas, fundamentalmente las que afectan a la parte más posterior de este anillo cartilaginoso. Se detecta en la laringoscopia como un diámetro inferior de la subglotis de lo esperado para la edad y peso del niño. Suele asociarse a otras anomalías como hendidura palatina, membranas laríngeas, síndrome Down o tetralogía de Fallot. Y suele mejorar con el crecimiento del niño. Es raro que precisen traqueotomía o laringotraqueoplastia.

Dentro de las malformaciones congénitas podemos destacar el hemangioma congénito subglótico, ya que es el tumor pediátrico más frecuente en cabeza y cuello. Es un tumor vascular debido a la proliferación de células endoteliales dentro de los capilares, seguido de una fase de apoptosis y sustitución por tejido fibroadiposo. Se observa como una masa rojiza-azulada de superficie regular, su curso suele ser benigno e involuciona hacia los dos años de vida. Es más frecuente en niñas, y en más de la mitad de los casos asocia angiomas cutáneos. Suele cursar con disnea laríngea a partir del mes de vida y evoluciona en brotes. El tratamiento actual se basa en el uso de propanolol oral, la dosis indicada de propranolol varía según las series siendo lo más habitual una pauta de 1-3 mg/kg/día, repartida 3 veces al día; otros tratamientos incluyen corticoides durante los brotes, de forma sistémica o en inyección local intralesional en espera del crecimiento del niño e involución tumoral. Puede requerir intubación y vaporización láser en casos de obstrucción severa.l. Puede requerir intubación y vaporización láser en casos de obstrucción severa.

CLASIFICACIÓN

La clasificación más usada es la de Myer-Cotton de 1991, basada en la reducción del área transversal:

  • Grado I: obstrucción del 0 al 50% 
  • Grado II: obstrucción del 51 al 70% 
  • Grado III: obstrucción del 71 a 99% 
  • Grado IV: obstrucción completa. 

Otra clasificación menos usada en la actualidad es de McCaffrey de 1992, basada en la extensión vertical de la estenosis:

  • Estadio I: lesiones confinadas a subglotis o tráquea y <1cm de longitud.
  • Estadio II: lesiones aisladas en la subglotis y > de 1 cm de longitud.
  • Estadio III: lesiones subglóticas-traqueales que no comprometen la glotis.
  • Estadio IV: lesiones que comprometen la glotis.

Actualmente Philippe Monnier propone una nueva clasificación simple basada en el Cotton-Myer, que incorpora tres parámetros adicionales que van a influir en la técnica quirúrgica de elección más adecuada para cada caso: comorbilidades, compromiso glótico y la asociación de ambos:

Philippe Monnier

Las estenosis subglóticas se caracterizan clínicamente por disnea progresiva, estridor, tos, disfagia, aspiración o incluso disfonía. El grado de estenosis determina la intensidad de los síntomas.

En primer lugar es muy importante la historia clínica con una anamnesis detallada que nos va aportar datos sobre antecedentes de intubación, traumatismo, traquetomía previa, enfermedades inmunológicas, RGE o antecedentes quirúrgicos cervicales.

En la exploración en consulta realizaremos una endoscopia flexible que nos permite ofrecer una visión inicial de la localización, extensión y calibre de la estenosis además de permitirnos evaluar la función laríngea.

La endoscopia rígida mediante laringosopia directa con el paciente sometido a anestesia general es fundamental para el diagnóstico. Nos va a permitir conocer con exactitud la localización, extensión y sobretodo consistencia de la estenosis. Esta exploración se complementa con el empleo de ópticas de 0º , 30º, 70º y 120º.

También se pueden realizar estudios funcionales como estroboscopia, pHmetria o espirometría. Además de estudio de anticuerpos para descartar enfermedades autoinmunes. 

Dentro de las pruebas de imagen la tomografía computarizada (TC) se considera la técnica de imagen estándar para corroborar la integridad del esqueleto cartilaginoso y evaluar la articulación cricoaritenoidea. Además nos permite descartar la presencia de masas cervicales o mediastínicas y malformaciones vasculares. En la actualidad, los estudios de TC tridimensionales se consideran esenciales, y se hacen de rutina, dando información de la extensión y severidad de la estenosis además del estado del soporte cartilaginoso. La resonancia magnética (RM) permite la percepción de las imágenes en planos coronal, lateral y axial así como definir la mucho mejor la anatomía.   

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